viernes, 14 de noviembre de 2008

Segunda rta. de Cristina a Peron

Buenos Aires, 24 de Octubre de 2008




Estimado General:

Me siento halagada una vez más por haber recibido una respuesta. De todas formas, déjeme decirle que no comparto con Ud. nada de lo que expone en ella. Excepto sólo un punto, definitivamente el más importante. He decidido retirarme de las filas del Peronismo, y a continuación voy a explicarle mis motivos.
Sigo sosteniendo que sí me ha malinterpretado, pero me ha ofendido aún más el tono de su carta. Yo creo que no comprende la situación actual; no niego que haya sido un gran dirigente y un excelente estratega, pero considero que en ésta última cualidad ha basado toda su carrera política y su vida. ¿O acaso no fue en nombre de la más despiadada demagogia, disfrazada de buena voluntad y compromiso social, que ha hecho tanto por la clase obrera? Lo suyo fue una dictadura encubierta, y no ha hecho más que manipular a los trabajadores y “mejorar sus condiciones de vida” en beneficio propio. El suyo, por supuesto. Estoy convencida que el más importante motor de su accionar ha sido perpetuarse en el poder, y no su calidad de persona solidaria para con las necesidades de su pueblo.
Así que déjeme decirle General, que no considero que seamos tan distintos. Le ruego que por favor, deje de lado sus clases de moral y buena conducta, porque Ud. también deja bastante que desear, según lo que entiendo.
Le reitero que considero que la época en la que Ud. gobernó tan democráticamente, fue muy distinta a la mía. Hoy en día hay otros intereses en juego, y ya corrió mucha agua debajo del puente desde el final de su poderío. Por lo tanto, considero que no puede utilizar los mismos parámetros y comparar su gestión con la mía.
Más convencida que nunca le digo que renuncio a trabajar bajo el nombre de su partido, que posee tantas contradicciones internas y que está infestado de gente corrupta. De ahora en más, voy a gobernar como lo crea más conveniente, y despreocúpese que estoy rodeada de excelentes consejeros.
Una vez más, puede sentirse orgulloso por haber cumplido su objetivo: lograr convencerme que trabajar llevando como bandera su nombre no fue más que una lamentable pérdida de tiempo.

Hasta siempre,

Cristina F. de Kirchner.

No hay comentarios: